Por qué estudiar Aviación Comercial
La importancia de la industria de la aviación comercial a nivel mundial es hoy superlativa. Ningún otro rubro del transporte humano desde el siglo XX ha trasladado a tantos millones de seres humanos como el aéreo, con irrefutables y positivos márgenes de rapidez, capacidad, seguridad y frecuencia. En nuestro país, el escenario, naturalmente, es igual de esperanzador. El crecimiento indetenible de este sector -especialmente gracias al auge del turismo-, ha llevado a que más de 8 millones de personas se movilicen anualmente por nuestros cielos. Tal demanda exige el concurso de verdaderos profesionales en aviación comercial, preparados para superar las más altas expectativas de los usuarios del transporte aéreo.
En líneas generales, la aviación regular comercial es una actividad que realizan las compañías aéreas y empresas de servicios afines, grandes o pequeñas, para atender la demanda y servicios que requiere el transporte aéreo de personas, bienes y mercancías. Para tal finalidad, la industria aérea comercial pone a disposición de las personas su infraestructura, personal, maquinaria y productos, supervisando, monitoreando, ejecutando o siendo parte del proceso de viaje en alguna o todas sus etapas. De esto puede inferirse que la aviación comercial no solamente es el vuelo del avión en sí mismo, sino todo aquel capital humano y tecnológico que hace posible el viaje. Desde el piloto de avión, el personal de counter, flight hostess, información al público, etcétera, etcétera.
El estado de profesionalización actual de la aviación comercial fue dándose de a pocos. Hoy, los protocolos de atención a los pasajeros ni la gestión en la aviación comercial son, ni por asomo, las que eran por ejemplo hace casi un siglo, cuando se empezaron a efectuar los primeros traslados aéreos civiles. A comienzos del siglo XX, la preponderancia no la tenían las personas, sino la aeronáutica militar de la época, es decir, el traslado con fines militares. Sin embargo, gracias a las enormes posibilidades que representaban las aplicaciones civiles tanto en el aspecto de intercomunicación física como en términos económicos, esto fue cambiando progresivamente. A comienzos de los 20’s, la idea de usar los aviones para usos comerciales fue ganando mayores adeptos. Razones habían de sobra: unir poblaciones lejanas, superar rápidamente la barrera que había representado el océano, transportar mayores cantidades de viajeros y carga, y establecer negocios en cualquier parte del mundo, entre otras.
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Historia de la aviación comercial mundial
Pero la oportunidad de al fin hacer olvidar los larguísimos y peligrosos viajes en barco o auto tuvo que esperar más tiempo debido a la I Guerra Mundial, lamentable suceso que limitó el esfuerzo inventor en el mejoramiento de los aviones comerciales. Durante este tiempo, no obstante, se fundaron las primeras compañías aéreas en 1919, entre ellas Avianca en Colombia, que originariamente se llamó SCADTA (Sociedad Colombo-Alemana de Transporte Aéreo), y la holandesa KLM, que permanecen hasta hoy. En ese entonces, los aviones que lograron transportar pasajeros no eran más que aviones militares embellecidos interiormente, capaces de trasladar solamente unas decenas de personas y nada más. Cuando no trasladaban pasajeros, que era lo más común, llevaban correo y paquetes.
Terminado el conflicto bélico mundial, la tecnología relacionada con la aviación avanzó rápidamente debido al peligro de una nueva guerra y la defensa de los cielos nacionales (especialmente en Europa). Los ingenieros de la época lograron crear entonces motores más potentes y fabricaron aeronaves cuya aerodinámica era sensiblemente mejor que las de antes de la guerra, aunque todavía muy lejos de los prototipos actuales. De ese tiempo data la primera experiencia aerocomercial en nuestro país. Elmer J. Faucett, un inmigrante estadounidense, junto a un grupo de empresarios peruanos fundaron en 1928, Faucett, la primera línea aérea comercial en el Perú, la misma que fue una de las más antiguas en Latinoamérica. En un principio sus vuelos eran desde Lima hasta la ciudad de Talara en el norte del país y Arequipa por el sur, para años más tarde realizar vuelos internacionales. Desafortunadamente, la aventura duró solamente hasta 1999, cuando agobiado por las deudas económicas y la competencia, Faucett finalmente quebró.
Durante el período entre guerras (1918-1938), mientras tanto, ocurrieron importantes avances. La antigua compañía aérea PanAmerican (PanAm) marcó una etapa en la historia de la aviación comercial al estrenar, en la década de 1930, el hidroavión Boeing 314 Clipper. El aparato resultante podía dar acomodo a 74 pasajeros en siete lujosos compartimentos y a 10 tripulantes, teniendo además un comedor con capacidad para 14 personas y una “suite nupcial” en la parte trasera, cerca de la cola del avión. En vuelos nocturnos incluso alojaba hasta 40 pasajeros en literas. Considerada la más importantes de su época, hacia 1939 PanAm ya contaba con rutas que atravesaban el Océano Atlántico y el Pacífico diariamente. Y lo mejor es que producto de la modernidad, el servicio a los pasajeros fue mejorando cada vez más, haciéndose cada vez más confiable a los usuarios la idea de abordar un avión.
Las mejoras tecnológicas y el avance de la aviación comercial
La época del 30 puede considerarse, desde luego, una de las más productivas para la aviación comercial. Durante este periodo hubo varias mejoras técnicas que facilitaron la construcción de aviones más grandes, capaces de recorrer distancias mayores y de volar más rápido y a mayor altitud, lo que hizo que se pudiera transportar más carga y a más pasajeros. Los avances en la ciencia de la aerodinámica permitieron a los ingenieros desarrollar aeronaves cuyo diseño interfiriera lo menos posible en el vuelo del avión. Y por otro lado, los equipamientos de control y las cabinas presurizadas de los aviones también mejorarían de una manera considerable.
Además de eso, las mejoras en la tecnología de las radiocomunicaciones permitían el uso de equipamientos de este tipo en los aviones, así los pilotos podían recibir instrucciones de vuelo desde equipos en tierra, y también se podrían comunicar pilotos de distintas aeronaves entre sí. Todo esto generó técnicas más precisas de navegación aérea. El piloto automático también comenzó a usarse en los años 30, lo que permitió a los pilotos tomarse cortos periodos de descanso en vuelos de larga duración. Y por último, los protocolos de atención a los pasajeros, medidas de higiene o salubridad, así como atención médica y emergencia durante los vuelos, fueron perfeccionándose y pareciéndose más a los de hoy.
Lamentablemente, cuando mayores avances obtenía esta industria, la II Guerra Mundial puso en stand by a prácticamente toda la aviación comercial mundial. Por seguridad, los vuelos interoceánicos y continentales fueron prohibidos, situación que casi no varió hasta 1945 y la derrota alemana-japonesa. Con el restablecimiento de la paz, las tecnologías alcanzadas y las relaciones internacionales restablecidas, comenzó una nueva y gran etapa para la aviación. Todos los avances tecnológicos descubiertos en la guerra (aerodinámicos, metalúrgicos, el revolucionario motor a reacción y el radar) fueron incorporados inmediatamente a los aviones.
El triunfo y modernización definitiva de la aviación comercial
Desde entonces los vuelos comerciales tomaron otra dimensión, pues los nuevos aviones presentaron innovaciones técnicas como mejores instalaciones interiores, funcionales acabados mecánicos, alta capacidad para carga de combustible, menor ruido, mayor altitud de vuelo, pero sobre todo, el incremento de las velocidades de vuelo (por ejemplo, de los 290km/h que alcanzaba el antiguo DC3 se pasó a volar a 772km/h con el nuevo avión Comet). En adelante, si por ejemplo en la ruta Tokio-Londres se usaban unas 85 horas, en adelante se haría solamente en 36. Una notoria evolución.
Con todas estas ventajas, las compañías incrementaron su volumen de pasajeros, el negocio creció y se hizo popular, lo que también significó que las empresas y los gobiernos impusieran medidas y precauciones más exigentes, a establecer leyes y regulaciones para asegurar el tráfico aéreo y garantizar la regularidad de los vuelos (La Convención de Chicago por parte de 52 países, la Organización de Aviación Civil Internacional), lo cual se mantiene hasta hoy. Por ejemplo, el mantenimiento que se debía realizar a los aviones se volvió mucho más estricto, el personal de atención debía ser altamente calificado y los pilotos solo podían operar teniendo muchas horas de experiencia previa. Una de las compañías que se mostró sobresaliente en esto fue la British Overseas Aircraft Company (BOAC), quien además sobresalió realizando en 1952 la flamante ruta Londres-Johannesburgo en 1952.
Posteriormente la norteamericana Boeing lanzó el Boeing 707 en 1958, el cual se convirtió en el primer avión de pasajeros a reacción que tuvo realmente éxito, superando los errores mecánicos que se habían cometido en el Comet. Los modelos a reacción Douglas DC-8 y Convair 880 fueron lanzados algunos años después, aunque el éxito comercial que ambos modelos tuvieron fue más modesto que el que alcanzó el 707, del que se produjeron un total de 1.010 unidades, convirtiendo a la Boeing desde entonces, en el mayor fabricante de aviones del mundo. El Boeing 737, cuya producción fue iniciada en 1964 es el avión más producido y popular de la historia, con más de seis mil aviones producidos. Ya entrado el siglo XXI, el modelo continúa en producción, gracias a todas las mejoras y variantes producidas. En los años venideros la aviación comercial se expandió notablemente y como sabemos, se convirtió definitivamente en uno de los medios de transportes públicos más importantes y seguros.
La aviación comercial en el Perú
Párrafos anteriores hablábamos de la exitosa experiencia peruana de Faucett como pionera de la aviación en Sudamérica. Especialmente después de la II Guerra Mundial, afianzó sus operaciones en el país no solamente por la calidad de sus aviones, sino también por su equipo técnico y capital humano, entrenado por la misma empresa. El suceso de Faucett en los 20’s motivó la aparición de otra serie de compañías aéreas, entre las que destacan la extinta Panagra, también llamada Pan-American Grace Airways, una importante aerolínea de capitales estadounidenses y peruanos que operaba numerosas rutas a América del Sur en los años 1940 y 50. Fue fundada en 1928 para competir con Faucett en el Perú y SCADTA (Avianca), una empresa de capital alemán en Colombia (la empresa se fusionaría en 1966 con Braniff International Airways, que a su vez fue comprada por Eastern Air Lines, cuyas rutas son hoy operadas por American Airlines).
La fuerte competencia entre Panagra y Faucett se vio animada por la entrada en 1947 de otra empresa aérea, PeruvianInternacional Airways o simplemente PIA. Pese a la amplia inversión y los planes ambiciosos para la compañía, ésta no pude superar los dos años de fundación a consecuencia de la fuerte competencia de Panagra, que comenzó a operar sus vuelos de itinerario con el nuevo Mc Donnell Douglas DC-6, equipado con cabina presurizada y radar. Contribuyó también a la quiebra la presencia de una nueva línea aérea operando en América del Sur: Braniff International, que operaba al igual que Panagra con costos más bajos que los de PIA.
La necesidad de que el Perú contara con una aerolínea de bandera que hiciera frente a Faucett hizo oportuna la salida de Aerolíneas Peruanas S.A. más conocida por sus siglas APSA, Funcionó de 1956 hasta comienzos de 1971, siendo considerada la mejor aerolínea que tuvo el Perú, según muchos conocedores de la aviación comercial de ese país. A esta línea le sucedió por breve lapso la infortunada LAPSA o Líneas Aéreas Nacionales S.A., y después la súper conocida AeroPerú. Después de la quiebra de APSA, el Perú se quedó sin una línea aérea internacional representativa, de manera que el gobierno peruano, encabezado por el general de división EP Juan Velasco Alvarado decidió crear una aerolínea estatal de bandera basada en la ya existente Servicio Aéreo de Transporte Comercial SATCO de propiedad de la Fuerza Aérea del Perú. Los malos manejos estatales, un fallido intento de privatización y otras causas, contribuyeron a su desaparición definitiva a finales de los 90, casi a la par con quien fue su competidor durante décadas, Faucett Perú.
Tras las políticas de apertura económica en el país, la entrada o reingreso de decenas de compañías se ha dado de manera dinámica y creciente. El actual y remodelado aeropuerto Jorge Chávez, que reemplazó al antiguo de Limatambo en los 60’s, es el actual epicentro de la industria aéreo comercial del país, y testigo del altísimo tráfico diario que se vive en el Perú, especialmente desde el 2000, con el fin del terrorismo y la pacificación del país. La aviación civil, por ende, vive una de sus mejores épocas, y según todos los pronósticos, esto recién comienza.
¿Por qué estudiar aviación comercial?
Estudiar e involucrarse en el sector de la aviación comercial significa hoy pertenecer una de las industrias más lucrativas y financieramente, con mayor potencial de expansión del país. Basta ver las cifras globales del Perú en términos turísticos para entenderlo. Por ejemplo, de acuerdo a estudios de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), oficialmente llegaron al Perú en el 2013 unos 3.25 millones de turistas, lo cual significa un crecimiento del 12% con respecto al año anterior, el 2012. Y si las estadísticas a nivel nacional son buenas, a nivel mundial son mejores. Según ATAG (Air Transport Action Group), la aviación comercial es la responsable del transporte de casi 3 mil millones de pasajeros, dos veces y medio el tamaño de la población global. Mejor aún, la industria de la aviación transportó $ 5,3 billones de dólares en carga por vía aérea, empleó 56,6 millones de personas y generó $ 2.206 billones del PIB mundial.
Tales indicadores revelan por qué el rubro de la aviación comercial es por sí mismo, un campo interesantísimo para nuevos profesionales y jóvenes interesados en estudiar carreras novedosas y prometedoras, carreras que requieran personas empáticas, capaces, de múltiples habilidades sociales y sólida formación académica, que busquen expandir sus horizontes culturales y sociales, aprender idiomas, relacionarse con gente de todos los confines de la Tierra y mucho más. Como se afirmaba líneas arriba, el campo de la aviación comercial, especialmente en la última década, ha tenido un desarrollo realmente importante en nuestro país. Y dicho crecimiento se refleja también en el número de empleos generados, que cada vez es más grande. Se calcula, siguiendo informes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que el turismo podría ser la segunda fuente generadora de divisas en Perú en el 2021 y el 10% del Producto Bruto Interno (PBI). Con todo lo mencionado, ¿por qué no interesarse entonces?
Enlaces de interés:
Malla curricular de la Carrera de Aviación Comercial en el Grupo Educativo Discovery
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No dice a que edad se puede entrar a estudiar
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